miércoles, 2 de enero de 2013

Como pescar pejerrey en Rosario

El siguiente es un fragmento de una nota realizada para la revista "El Pato", por Oceanic travel, a fines de junio de 2013. La nota salio publicada en la revista del mes de Julio, y nos da informacion mas que importante para la pesca de las "flechas de plata". Al final de este post, el link a la nota original.



• No hay ceba. A diferencia del Río de la Plata o de las lagunas, que son ambientes muy amplios y sin márgenes bien definidas, el bajo Paraná tiene costas bien marcadas y dominadas por barrancas por donde los cardúmenes encausan su ascenso río arriba para el desove y la alimentación (pequeñas mojarras acardumadas en las costas). De manera tal que sólo es cuestión de ponerse en el medio de su recorrido e interceptar los cardúmenes.

• Por lo anterior, casi toda la pesca se realiza anclados en los remansos (zonas relativamente calmas de corrientes espiraladas producidas por accidentes costeros como escolleras, puntas, naufragios, etc.). Allí se amarra la lancha y se pesca haciendo derivar los aparejos por la corriente y dejando que sea arrastrada al interior del remanso.

• Hay muy pocos lugares donde garetear. Sólo puede hacerse en determinadas condiciones de altura del río sobre bancos de arena, por lo que es una estrategia muy poco usada en la zona. Cuando se pesca al garete, debe hacerse sobre esos bancos de arena (no remansos) con “ancla de capa” para corregir la deriva.

• Acompañar la deriva del aparejo con el pick up abierto para asegurar el natural movimiento de la carnada. Además, el pejerrey tiene comportamientos muy desconfiados (cosa que pudimos comprobar) y suelta la carnada al menor indicio de peligro, por lo que no debe sentir la presión de la línea. Así puestas las cosas, mantener la línea libre permite mayor y mejor control de la deriva y la clavada.

• No hacen falta lanzamientos lejos y, de hecho, se pesca solamente colocando el aparejo muy cerca de la lancha y dejando que sea llevado por la corriente.

• Usar boyas grandes, para poder ver más y mejor el pique.

• Usar boyas con buen volumen y con “palito” que indiquen claramente el pique a la distancia (del tipo chupetona, cometa o lágrima). Las clásicas yo-yo o las esférica se “pierden” a la distancia y no delatan claramente el pique.

• Usar boyas de buena calidad, de madera balsa o poliestireno expandido de alta densidad, para que el aparejo tenga peso propio y pueda ser arrastrado por la corriente a una velocidad adecuada. Las boyas plásticas económicas comunes son arrastradas por el viento y no tienen el peso suficiente para mantener ordenado el aparejo en la deriva y realizar los cortos lanzamientos.

• No es necesaria la boya puntero puesto que, como ya se dijo, no se realizan lanzamientos largos y entorpece el trabajo.

• La distancia entre boyas no debe ser menor a 1,20 metros, pues se pesca en derivas largas, con la madre del aparejo de monofilamento de 0,40 mm.

• La bajada o brazolada lastrada de 0,30 o 0,35 mm para evitar que la carnada “vuele” con la correntada.

• Profundidad: los piques son cercanos a la superficie por lo que las brazoladas van de los 15 a los 30 cm. Sólo se pesca a mayor profundidad (hasta los 40 cm.) cuando hace más calor a fin de la temporada de pesca (septiembre).

• Suele ser útil usar aparejos del tipo “2+1”, es decir, una de las boyas cargada (lastrada muy poco) para ordenar el aparejo en deriva y hacer más cómodos los cortos lanzamientos.

• Es recomendable el aparejo llamado “tramposo”, es decir, colocar una pequeña boya del tipo yo-yo en lugar del rotor con nudos corredizos para regular la distancia. Esto permite que el pejerrey arrastre la boya chica sin sentir la tensión de la grande (tipo chupetona o cometa), lo que le da más confianza al pez y más sutileza al aparejo.

• Anzuelos: es necesario que sean bien filosos y deben ser cambiados cuando pierdan esa particularidad, puesto que el tipo de situación de pesca y forma de pique no dan segunda oportunidad. No deben ser excesivamente finos, recuerde que la correntada es fuerte y los matungos pueden ser grandes, por lo que es común que se desgarre la boca del pez. Los tamaños más indicados son 1/0, 2/0 y 3/0.

• Carnada: mojarras chicas y medianas, filet de sardina y de pejerrey.

• El pique: no es constante sino por momentos, ya que se da con el paso de los cardúmenes que no son muy voluminosos. Por esto es una pesca de paciencia marcada por la intermitencia del pique que obedecerá siempre al ritmo del paso de los cardúmenes.

• Clavada: es muy importante no apresurarse a clavar y dejar que el pez tome confianza con la carnada, así se asegurará la captura efectiva.

• Época de pesca: hay que recordar que el pejerrey es un pez marino que remonta el río para desovar en época fría, por lo que los primeros cardúmenes llegan a Rosario entre fines de junio y principios de julio, pudiéndose pescarlos hasta principios de septiembre cuando regresan al mar. La mejor época es en julio y agosto, sobre todo si hay un poco de viento. A fin de temporada (agosto) se notan piques más firmes, supuestamente porque el pejerrey ya ha desovado y están más voraces para recuperar el peso perdido en el apareamiento.

• “Gran Paraná”: se llama así al matungo de gran porte que supera los 50 cm pudiendo llegar a los 60. Estos peces no son raros y es la razón por la que debe usarse monofilamentos de buena calidad tanto para la madre como para la brazolada y en los grosores aconsejados.





La nota completa puede verse haciendo click aca.

Saludos, y buena pesca!

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